STENDEK, Nº34. Diciembre de 1978
Fecha del
suceso: Mes de febrero de
1978. Hora: 12 de la noche,
aproximadamente.
Lugar:
Carretera de Carmona a Marchena, a 50 Km. al este de
Sevilla, entre 5º 45' longitud oeste y 37º 25' latitud norte.
Testigos:
D. Andrés González Masero 37 años, y José Cerpa Mateos,
desconocemos edad.
Profesión:
Ambos son camioneros. El segundo testigo es el chófer.
Objeto
observado: Bola roja
destellante, mayor que la Luna llena.
Duración de la
observación: unos 3 minutos.
Únicamente logramos entrevistar a uno de los testigos, el Sr. Andrés González Masero, el domingo 11 de junio de 1978. A continuación transcribimos íntegramente la conversación que tuvimos con él, grabada en magnetofón.
Hemos conservado sus expresiones tal cual, con objeto de ofrecer una visión lo más real posible, tanto de la persona entrevistada como de sus reacciones durante la insólita experiencia. He aquí su declaración:
... "Por aquella zona, los aviones suelen venir muy bajos, ya para
aterrizar. Resulta que nos encontrábamos en una recta (los testigos iban en un
camión, realizando un transporte) y vimos venir una luz. Y le dije yo al
compañero: -"José, mira la luz que viene allí" -, -" Eso es un avión"- (le
respondió el chófer). -"Anda ya, hombre, un avión ¿de qué?. ¿No estás viendo la
luz?. Total, que seguimos para adelante. Pero nada, anduvimos unos 200 metros y
a los 200 metros se para "aquello" delante de nosotros."
Investigador (I): ¿Se paró delante de ustedes?.
Testigo (T): Se paró aquello, colorado, vamos, al rojo vivo. Se paró delante. Nosotros montados (en el camión). Nos quedamos atontados y el camión inmovilizado. Se paró el motor del camión, solo.
I: ¿El de ustedes qué era, Diesel?
T: Si, un Pegaso, un Pegaso Diesel.
I. Y el objeto, ¿qué dimensiones tenía, aproximadamente?.
T: Solamente vimos... como una bola. Una bola roja.
I: Y el tamaño cómo sería, tomando como referencia a la Luna llena?.
T: Una cosa mayor, mayor.
I: ¿Cómo la tenían ustedes, delante, al lado...?.
T: No, no, delante, en la carretera. Que por cierto una vez que descargamos la máquina (que transportaban en el camión) por la mañana en Marchena, volvimos para atrás. Se lo dije yo al compañero: vamos a pasar por allí otra vez, a ver si ha dejado en el suelo algo. Y volvimos al mismo sitio donde habíamos dado la vuelta (la noche anterior, al encontrarse con el OVNI) y no había rastro de nada.
I: ¿Qué pasó después que ustedes vieron la bola y se les paró el camión?.
T: Ya lo he dicho, nos quedamos como conmocionados. Que por cierto el compañero dijo: "Vamos a seguir para adelante", y yo dije "Yo no sigo para adelante". Y allí dimos la vuelta...
I: ¿Sintió usted miedo?.
T: Hombre, miedo, y tanto!...
I: "Aquello" ¿desapareció, se fué ...?.
T: Ya cuando nosotros volvimos en si, "aquello" no se vió más.
I: Pero se apagó o...
T: Se posó y salió para arriba.
I: ¿Qué tiempo aproximadamente duró toda la observación, desde que ustedes vieron el objeto hasta que desapareció?.
T: Unos cinco minutos.(Creemos que hay un error de apreciación en esta respuesta, como se verá después, pues cinco minutos duró el malestar que experimentaron).
I: ¿En qué fecha sucedió esto, la recuerda usted?.
T: Pues hace ya unos cuatro meses. (estamos en Junio de 1978).
I: La hora de la noche, sabe usted cual era?.
T: La hora de la noche si me acuerdo porque llevábamos un transporte "especial" e ibamos huyendo... (de los motoristas). Por eso fué el meternos por allí (por la carretera Carmona-Marchena), huyéndole a los motoristas, por la hora que era...Serían aproximadamente las 12 y pico de la noche.
I: ¿Dijo usted que era por la zona de...?.
T: De Marchena. Bajando de Carmona, a la derecha, frente al surtidor (de gasolina), en la carretera de Marchena.
I: ¿Sintieron Uds. algún ruido?.
T: Nada.
I: ¿Y olor?
T: Nada.
I: ¿Y la forma que tenía el objeto?.
T: Redondo, con un rojo repartido por igual por toda la circunferencia.
I. ¿El mismo tono repartido por toda la superficie?.
T: Sí, sí...
I: ¿Y la bola era como fosforescente o despedía luz al estilo de un foco?.
T: La luz era destellante, grande.
I: ¿A qué podíamos compararla?.
T: Pues... un color rojo vivo. Como cuando viene saliendo la Luna, pero un poco más destellante. Más brillante.
I: ¿Veían ustedes el contorno del objeto?.
T: No, porque destellaba.
I: ¿Estaba muy cerca de ustedes?.
T: Pués a unos 10 metros o así se paró, aproximadamente...
I: ¿Delante de ustedes?.
T: Delante de nosotros, en plena carretera, en el centro de la carretera y el camión se quedó inmovilizado.
I: ¿El objeto tocó el suelo?.
T: ¡En el suelo!... ¿No le he dicho que por la mañana volvimos otra vez para atrás...? (para ver si había huellas).
I: Es que a veces, estos objetos se han quedado un poco por encima, como suspendidos.
T: Sí, pero nosotros ya... una vez que quedamos (conmocionados) ya no vimos nada.
I: ¿Los dos se quedaron conmocionados?.
T: Los dos, los dos...
I: ¿Sería acaso producto del propio miedo?.
T: No, no, porque a consecuencia de eso, yo me he llevado una semana con los ojos que no podía darme el sol siquiera...
I: O sea ¿le molestaba el sol?.
T: Me molestaba el sol. Una semana aproximadamente...
I: Y la conmoción que usted nos indica, ¿qué fué, perder el sentido?.
T: Nosotros nos quedamos como atontados.
I: ¿Perdieron la noción del tiempo?.
T: Sí, sí.
I: O sea, que no sabían ustedes donde estaban.
T: Nada. A los cinco minutos así, nos recuperamos y quería el compañero seguir para adelante. Y yo le dije no.
I: Cuando ustedes se recuperaron, ¿estaba el objeto todavía allí?.
T: No, no. Ya había desaparecido.
I: Y el camión qué fue lo que se paró, ¿el motor?.
T: El motor. Parado. Absolutamente.
I: ¿Y las luces?.
T: Todo. Todo.
I: ¿Y cuando ustedes se recuperaron, seguía parado?.
T: Parado... después lo pusimos en marcha, y dimos la vuelta. Lo volvimos a arrancar, dimos la vuelta y tiramos para Carmona.
I. ¿La llave de contacto estaba puesta?.
T: Estaba puesta, en la posición de contacto. La luz del camión no se encendió hasta que no arrancamos el camión.
I: Al tener el contacto puesto, ¿no se veía la luz de indicación de la batería?.
T: Nada, no había encendido nada. Al arrancar el camión se volvieron a encender las luces. La luz larga que llevábamos puesta.
I: Como detalle adicional, ¿de cuántas toneladas es el camión?.
T: El camión es de 25 toneladas.
I: ¿Y qué marca es?.
T: Pegaso.
I: Antes decíamos que el camión iba por la carretera y ¿ustedes no frenaron...?.
T: Nada, nada. El camión quedó inmovilizado, claro. El camión se quedó hecho un taco.
I: Es decir, que no solamente se paró el motor, sino que además se quedó parado el camión...
T: Parado totalmente.
I: Pero aunque el motor se parara, por la inercia, el camión hubiese continuado rodando...
T: Hombre, nosotros nos quedamos conmocionados. Si el coche hubiese seguido andando, hubiese caído a la cuneta... El coche se quedó parado en el centro de la carretera.
I: ¿No sintieron ustedes irse el cuerpo hacia adelante?.
T: Nada.
I: Sería una parada poco a poco, progresiva.
T: Yo me imagino que sí, claro.
I: ¿Pero ustedes no se dieron cuenta?.
T: Nada.
I: Antes de ver el objeto, ¿sintieron algún mareo?
T: Nada. Ya se lo he dicho. Vi venir aquella luz y se lo dije al compañero, hasta que se posó delante de nosotros. Como venía muy bajo él decía que era un avión, como para aterrizar. El decía que era un avión... También nos hicieron unas preguntas unos señores de Madrid, sobre si había cables de alta tensión. Y allí no hay cables ningunos, solo la línea de teléfonos que está caída.
I: ¿Sabe si existe por la zona alguna fábrica especial, algo que pueda resultar atractivo, o todo es campo?.
T: Aquello es todo campo hasta llegar a Marchena.
I: ¿Qué carga llevaban ustedes en el camión?.
T: Una máquina. Una cosechadora.
I: El objeto que vieron ustedes, ¿era completamente redondo?.
T: Redondo.
I: Cuando se posó en el suelo, ¿vieron patas o alguna otra cosa?.
T: Nada. Solo vimos aquel círculo destellante.
I: Cuando se posó, ¿estaba vertical, horizontal...?.
T: No, no. Todo redondo. Y ya cuando nosotros nos recuperamos, que bajamos al suelo y todo, pues dimos la vuelta y no estaba allí.
I: ¿Lo vieron ustedes marcharse?.
T: Ya no lo vimos nosotros. (No lo vieron porque perdieron prácticamente el conocimiento).
I: ¿Está usted seguro del tiempo que estuvieron conmocionados?.
T: Eso... unos cinco minutos. Y después, ya le digo, me llevé una semana aproximadamente.. (con los ojos irritados).
I: ¿Fué usted al médico?.
T. Fui a ver a D. Antonio, el médico, y se lo dije. Entonces me preguntó: ¿Tú sigues bien con la vista, ya?. Y le dije, yo ya sí...
I: ¿No le diagnosticó qué podría ser?.
T: No. (Parece ser que fue varios días después a ver el médico, y por eso, al encontrarse prácticamente bien, el médico no le diagnosticó nada).
I. ¿Tenía usted los ojos irritados?.
T: No podía ni salir a la calle.
I: ¿Los tenía usted colorados?.
T: Sí.
I: ¿Lo mismo que cuando se suelda mucho con la eléctrica?.
T: Igual, igual. (Según el parecer de uno de los investigadores, estudiante de medicina, el mal que aquejaba a este testigo era una CONJUNTIVITIS o inflamación de la conjuntiva).
I: ¿Su compañero es el chófer?.
T: Sí, José Cerpa Mateos.
El testigo nos comentó las preguntas que le habían realizado unos señores venidos desde Madrid, y averiguamos que se trataba del Doctor Jiménez del Oso (de TV española, donde presenta el programa "Más Allá", dedicado a Ovnis, culturas antiguas, etc., etc.) y del periodista Juan José Benítez, de "La Gaceta del Norte". Ambos investigadores estaban realizando una serie de filmaciones para TV, interrogando a testigos de observaciones de toda España.
T: Muchos decían aquí en Guillena que lo que nos había pasado era mentira. Claro, cuando llegamos aquí, yo llamé al jefe y le conté lo que pasaba y él lo contó aquí en Guillena, al otro día. Y toda la gente decía que era mentira. El dueño del camión se llama Pedro Merino.
Muy poco nos queda ya por añadir a las declaraciones del testigo. Únicamente que es una persona conocida en Guillena y que su seriedad no puede ponerse en duda. Tampoco puede ponerse en duda el miedo que pasó y su deseo de no volver a tener una experiencia parecida. A veces, los seres humanos, por cierto miedo al ridículo y una mal llamada "hombría" no se atreven a expresar sus sentimientos tal y como los experimentan en ciertas "situaciones delicadas".
Este hombre es camionero, una profesión nada "blanda", y sintió tal miedo que dió media vuelta y volvió sobre sus pasos después del "encuentro". El temor a lo desconocido fué patente y que cada cual, como siempre, saque sus propias conclusiones.
JOAQUÍN MATEO
JOSÉ
ANTONIO GUTIÉRREZ
MANUEL FILPO
ANTONIO MOYA